Dentro de los diversos métodos de oración está la liturgia de las horas. Desde la salida del sol hasta su ocaso, la Iglesia acompaña la jornada con esta serie de oraciones. Si habéis leído el libro de el nombre de la rosa de Umberto Ecco el libro está dividido en las diversas horas solares y va rigiendo el momento con los rezos de la liturgia de las horas: Laudes al despuntar el sol (la hora prima o primera); después las horas intermedias: tercia sexta y nona (a las tres, seis y nueve horas después del amanecer); Vísperas en el atardecer; Completas antes de irse a dormir; y por último estaban los maitines que rompían la noche por la mitad, hoy se denomina oficio de lecturas y puede hacerse a cualquier hora del día. Todo sacerdote, diácono o religioso y religiosa están obligados a realizar todas las horas mayores (laudes, vísperas, completas y oficio) y al menos una de las menores (tercia, sexta y nona). Os remito este enlace donde podéis consultar en tiempo real las lecturas diarias del oficio divino. Un último dato: Fijaos, toda la Iglesia rezando a la vez las mismas oraciones. Toda la Iglesia, con el cambio de franja horaria, rezando constantemente a diario, hora a hora y minuto a minuto. La oración incesante de la que nos habla S. Pablo. Espero que os sea interesante y útil.
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