En clase nos hemos preguntado ¿Cuanto cobra un cura? Reproduzco el siguiente artículo de Andrés Guerra en Vanitifair
Iglesia: una institución rica con miembros pobres
Monseñor Rouco Varela, cardenal arzobispo de Madrid y
presidente de la Conferencia Episcopal, dio hace unos días un inusitado
paso adelante al declararse mileurista. Curiosamente,
las declaraciones de Rouco, en ABC Punto Radio y al hilo de la tibia
polémica sobre la exención del pago del IBI por parte de la Iglesia, ha pasado poco menos que desapercibidas
en tertulias y redes sociales, monopolizadas durante las últimas
semanas por la crisis financiera, el agujero de Bankia y el rescate
europeo de nuestra economía.
Este viernes 15 de junio se presentó en la sede de la Conferencia Episcopal (CEE) en Madrid la Memoria Justificativa de Actividades correspondiente al ejercicio 2010. La Iglesia recibió 248,6 millones de euros del Estado en 2010, 1,3 millones de euros menos que en 2009. En total, el Fondo común Interdiocesano, compuesto por la asignación tributaria del estado más las aportaciones de las 69 diócesis repartidas en 14 provincias eclesiásticas por España, manejó en 2010 una cantidad de 227.959.000 euros. De esa cantidad, se destinaron 32.473.000 de euros a "fines generales": desde la Seguridad Social de sacerdotes y obispos a áreas tan diversas como necesidades de las facultades eclesiásticas, actividades pastorales en el extranjero o el óbolo de San Pedro y el Tribunal de la Rota. El resto, 195.486.000 euros, se reparten entre las distintas diócesis. “Las cantidades que se distribuyen no van asignadas a ningún fin concreto. Son las diócesis, las que atendiendo a sus necesidades generales, reparten el dinero recibido”, dice la CEE. Y de ahí, de esos casi 200 millones de euros, ha de extraerse el monto para sueldos del personal de la Iglesia. En la actualidad, dependen de la Iglesia española dos cardenales, 14 arzobispos, 53 obispos residenciales y siete obispos auxiliares, que ejercen su ministerio. Pero también cuatro cardenales, cinco arzobispos, 22 obispos y tres obispos auxiliares, todos ellos eméritos. Eso, por lo que se refiere a la jerarquía. Entre sacerdotes y capellanes suman casi 20.000 personas y los frailes y monjas son algo más de 60.000. Además, hay más de 70.000 catequistas.
Muy alejadas de las cifras que da la CEE, el Observatorio Europa Laica cifra la cantidad que recibe la Iglesia cada año en 10.000 millones de euros. A los 248 recaudados a través de la casilla del 0,7 en la declaración del IRPF, habría que sumar los conciertos educativos, atención sanitaria, subvenciones, donaciones directas, desgravaciones fiscales y exenciones tributarias. La más conocida, la que afecta al IBI. A pesar de la polvareda levantada por este privilegio impositivo, la Iglesia se defiende: tampoco lo pagan fundaciones, asociaciones de utilidad pública, federaciones deportivas, partidos políticos, sindicatos, iglesias evangélicas ni las comunidades hebreas y musulmanes.
Según Rouco Varela, sus 1.160 euros son los mismos, euro arriba o euro abajo, que cobran los demás prelados, mientras que los párrocos y sacerdotes, el nivel inferior, se mueven en una horquilla de entre 641 y algo más de 900 euros, según su diócesis. No parece un salario desmesurado siquiera el de monseñor, a pesar de la sensación de boato que acompaña siempre a las altas esferas de la Iglesia. Tampoco parece fácil saber cuánto cobra un sacerdote en concreto, más allá de esa horquilla: preguntadas varias diócesis al respecto, todas coinciden en que las tablas salariales –por utilizar la terminología habitual al respecto– vienen fijadas por la Conferencia Episcopal Española (CEE), si bien en este órgano de gobierno de la Iglesia nos contestan que "en cada diócesis el sueldo de sacerdotes y obispos es diferente. Cada año se les asigna una cantidad y ellas disponen".
Un cura español ingresa, pues, una media de 750 euros mensuales limpios sin otros gastos personales que ropa, periódicos o una caña en el bar. O la factura del móvil. Es un trabajo fijo sin un gran sueldo. Si le añadimos el lema "Te prometo una vida apasionante", tenemos una campaña publicitaria. La puso en marcha la Conferencia Episcopal el pasado 19 de marzo para incentivar las vocaciones sacerdotales en nuestro país. Tuvo su propio hasghtag en Twitter (#unavidapasionante) y aun hoy puede encontrarse en Facebook. Su vídeo, con cierta estética de academia de marines y que puede verse en YouTube, recoge el testimonio de nueve sacerdotes llamando a filas. En la campaña se destaca, asimismo, que el sacerdote es el empleo que más feliz hace al ser humano, según una encuesta de Forbes. El año pasado, en España solo 122 hombres desearon ser los más felices del mundo.
Este viernes 15 de junio se presentó en la sede de la Conferencia Episcopal (CEE) en Madrid la Memoria Justificativa de Actividades correspondiente al ejercicio 2010. La Iglesia recibió 248,6 millones de euros del Estado en 2010, 1,3 millones de euros menos que en 2009. En total, el Fondo común Interdiocesano, compuesto por la asignación tributaria del estado más las aportaciones de las 69 diócesis repartidas en 14 provincias eclesiásticas por España, manejó en 2010 una cantidad de 227.959.000 euros. De esa cantidad, se destinaron 32.473.000 de euros a "fines generales": desde la Seguridad Social de sacerdotes y obispos a áreas tan diversas como necesidades de las facultades eclesiásticas, actividades pastorales en el extranjero o el óbolo de San Pedro y el Tribunal de la Rota. El resto, 195.486.000 euros, se reparten entre las distintas diócesis. “Las cantidades que se distribuyen no van asignadas a ningún fin concreto. Son las diócesis, las que atendiendo a sus necesidades generales, reparten el dinero recibido”, dice la CEE. Y de ahí, de esos casi 200 millones de euros, ha de extraerse el monto para sueldos del personal de la Iglesia. En la actualidad, dependen de la Iglesia española dos cardenales, 14 arzobispos, 53 obispos residenciales y siete obispos auxiliares, que ejercen su ministerio. Pero también cuatro cardenales, cinco arzobispos, 22 obispos y tres obispos auxiliares, todos ellos eméritos. Eso, por lo que se refiere a la jerarquía. Entre sacerdotes y capellanes suman casi 20.000 personas y los frailes y monjas son algo más de 60.000. Además, hay más de 70.000 catequistas.
Muy alejadas de las cifras que da la CEE, el Observatorio Europa Laica cifra la cantidad que recibe la Iglesia cada año en 10.000 millones de euros. A los 248 recaudados a través de la casilla del 0,7 en la declaración del IRPF, habría que sumar los conciertos educativos, atención sanitaria, subvenciones, donaciones directas, desgravaciones fiscales y exenciones tributarias. La más conocida, la que afecta al IBI. A pesar de la polvareda levantada por este privilegio impositivo, la Iglesia se defiende: tampoco lo pagan fundaciones, asociaciones de utilidad pública, federaciones deportivas, partidos políticos, sindicatos, iglesias evangélicas ni las comunidades hebreas y musulmanes.
Según Rouco Varela, sus 1.160 euros son los mismos, euro arriba o euro abajo, que cobran los demás prelados, mientras que los párrocos y sacerdotes, el nivel inferior, se mueven en una horquilla de entre 641 y algo más de 900 euros, según su diócesis. No parece un salario desmesurado siquiera el de monseñor, a pesar de la sensación de boato que acompaña siempre a las altas esferas de la Iglesia. Tampoco parece fácil saber cuánto cobra un sacerdote en concreto, más allá de esa horquilla: preguntadas varias diócesis al respecto, todas coinciden en que las tablas salariales –por utilizar la terminología habitual al respecto– vienen fijadas por la Conferencia Episcopal Española (CEE), si bien en este órgano de gobierno de la Iglesia nos contestan que "en cada diócesis el sueldo de sacerdotes y obispos es diferente. Cada año se les asigna una cantidad y ellas disponen".
"Su salario medio es de 750 euros/mes. Pese a esta cierta opacidad camuflada en juego de ping pong clerical,
podemos hacernos una idea bastante aproximada de lo que ingresa cada mes
un párroco. Quienes menos cobran en España son los curas sevillanos, con 641 euros, el salario mínimo interprofesional. Por
encima de ellos, Santiago (650), Logroño (800), Málaga (820), Madrid
(855), Bilbao (915) y Barcelona (930). Las distintas condiciones
geodemográficas del país permiten notables diferencias entre lo que
pueden ingresar al final de mes unos y otros, más allá de ese fijo
establecido. Por ejemplo, en Galicia y Asturias, con una envejecida
población rural que asiste puntualmente a misa en diminutas iglesias, un
solo cura tiene que atender a varias parroquias a la vez. En este caso,
su labor pastoral se complementa por misa ofrecida, con una cantidad de
ocho a diez euros. Si se trata de un funeral, en Galicia la cifra ronda los 50 euros. De
todas formas, algunos curas rurales se quejan de que deben pagarse
ellos mismos el transporte interparroquial. Es decir, la gasolina.
De no ser por sus ventajas fiscales, por las donaciones privadas y por
las contribuciones más o menos voluntarias que el ciudadano les hace por
bautizos, bodas y comuniones, el clero español lo tendría complicado
para llegar a fin de mes. Sin embargo, sus gastos quedan ampliamente
compensados con los ahorros en otras partidas que se llevan el grueso de
los salarios de las familias españolas, como son la hipoteca/alquiler,
la manutención y el cuidado de los hijos. Que no son pocos dispendios.
¿Es ajustado entonces el salario de un cura o un obispo? Monseñor
Asenjo, arzobispo de Sevilla, dice con cristiana modestia: "La verdad es
que tampoco necesitamos demasiado para vivir. Vivimos muchas veces
solos o con la compañía de nuestras madres o de una hermana. Con lo que cobramos nos da para vivir con modestia y con alegría. Hay
gente que lo pasa peor que nosotros". No es el único ejemplo de
contemporización con la difícil situación que atraviesa España. En
febrero de este año, Xavier Novell, el obispo más joven del país con 43
años y al frente de Solsona (Lleida), decidió destinar 300 de sus 1.200
euros mensuales a ayuda social en su diócesis. Los sacerdotes de Ciudad
Real se congelaron el sueldo también este año y destinaron el importe
que no percibirán a microcréditos en sus parroquias. Ya han concedido
ocho.Un cura español ingresa, pues, una media de 750 euros mensuales limpios sin otros gastos personales que ropa, periódicos o una caña en el bar. O la factura del móvil. Es un trabajo fijo sin un gran sueldo. Si le añadimos el lema "Te prometo una vida apasionante", tenemos una campaña publicitaria. La puso en marcha la Conferencia Episcopal el pasado 19 de marzo para incentivar las vocaciones sacerdotales en nuestro país. Tuvo su propio hasghtag en Twitter (#unavidapasionante) y aun hoy puede encontrarse en Facebook. Su vídeo, con cierta estética de academia de marines y que puede verse en YouTube, recoge el testimonio de nueve sacerdotes llamando a filas. En la campaña se destaca, asimismo, que el sacerdote es el empleo que más feliz hace al ser humano, según una encuesta de Forbes. El año pasado, en España solo 122 hombres desearon ser los más felices del mundo.
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